Thursday, December 04, 2008

La estatua milagrosa de Nuestra Señora de la Paz quedó en su capilla, recibiendo las oraciones del su pueblo hasta la revolución. En el mes de agosto de 1790 los Reverendos Padres Capuchinos tuvieron que salir de su convento de la calle Saint-Honoré. Uno de ellos se llevó la estatua milagrosa temiendo perderla. Consultó a su provincial para tomar los medios para conservarla. El Padre Zenón conocía a la Srta. Papin, hermana del Gran Penitenciario de París y su devoción a la Virgen. Es a ella que fue entregada Nuestra Señora de la Paz, bajo la condición de devolverla a las Monjas Capuchinas de la plaza Vendôme, si estas santas mujeres estuvieran todavía en su monasterio a la muerte de la Srta. Papin. Esta srta. guardó la preciosa estatua hasta 1792. como tuvo obligación de salir de París, la entregó a la Sra. Paulina Sofía d'Albert de Luynes, antigua canonesa (1) de Remiremont, que tenía gran devoción a la Virgen y en especial a Nuestra Señora de la Paz. Esta última dio un comprobante de que la imagen venerada pertenecía a la Srta. Papin. Cuando murió la Srta. Papin, la propiedad de Nuestra Señora de la Paz pasó a ser de su hermana la viuda de Coipel. Esta Sra. no quiso quitar la estatua a la Sra. de Luynes y por una carta del 18 de febrero de 1862 y luego otra carta del 19 de octubre, se comprometió a dejarle la estatua mientras viva con la condición de que a su muerte la estatua sea devuelta a ella o a sus herederos. La Srta. de Luynes se preocupó de hacer constatar la autenticidad de la estatua. Existe una acta de ello en fecha del 6 de abril de 1862 firmada por el Vicario General de la arquidiócesis de París, Señor de Floirac y seis testigos. Esta acta lleva el sello del arzobispo de París, monseñor de Juigné.
La sra. de Luynes murió en 1806. había muerto también la sra. Papin. Su heredero encontró entre los papeles de su tía el acta por el cual quedaba en posesión de la Virgen de la Paz. Todo lo dejó a la libre elección de su esposa que juzgó que semejante tesoro no podía quedar en una casa particular. Delegó todos sus derechos a la Madre Enriqueta Aymer, que reclamó la santa imagen cuando murió la sra. de Luynes. Tuvo dificultades, pero al fin, el 6 de mayo de 1888 le entregaron la santa imagen de Nuestra Señora de la Paz, y ese mismo día fue colocada en el oratorio de las hermanas.
Desde esa fecha, Nuestra Señora de la Paz ha sido honrada en Picpus y Ella no ha cesado de colmar sus gracias a los que la invocan con fe.

(1)“canonesa” Definición de la RAE
(Del b. lat. canonissa, y este del lat. canon, canon).

1. f. Mujer que en las abadías flamencas y alemanas vive en comunidad, pero sin hacer votos solemnes ni obligarse a perpetua clausura

No comments: